Ruta por las murallas de Pamplona

Declaradas Monumento Nacional y con más de 5 kilómetros de recorrido, las murallas son un fascinante sistema defensivo y constituyen uno de los complejos militares renacentistas más interesantes y mejor conservados de Europa. Es uno de los recursos turísticos más importantes de la ciudad. 

Construidas y perfeccionadas entre los siglos XVI y XVIII, son un testimonio vivo de la evolución de la ingeniería militar. Este recorrido te lleva del Fortín de San Bartolomé, al Paseo de Ronda, a la Taconera y la Ciudadela, cada uno con su propia historia y singularidad.

Este tesoro esconde en su interior un Casco Antiguo de trazado medieval formado por tres burgos: Navarrería, San Cernin y la Población de San Nicolás.

Las claves de la ruta

Los imprescindibles

El Fortín de San Bartolomé

El Rincón del Caballo Blanco

El puente nuevo

Los jardines de la Taconera

La Ciudadela y Vuelta del Castillo

Calendario de eventos

Es escenario de multitud
de actividades culturales,
sociales y deportivas derivadas
de una ciudadanía dinámica,
que le gusta expresarse en
la calle y organiza, participa
y disfruta de su centro y sus
barrios de manera natural
y espontánea

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La falda norte: desde el Fortín de San Bartolomé hasta el Caballo Blanco o Baluarte del Redín

El recorrido comienza en el Fortín de San Bartolomé, construido en el siglo XVIII por Jorge Próspero de Verboom. Este fortín reforzó las defensas originales del siglo XVI y marca el punto de partida ideal. La Ronda Barbazana incluye el lienzo más antiguo de las murallas, con vistas privilegiadas sobre el río Arga.

Continuando por el camino de Ronda Barbazana cuidadosamente restaurada, se encuentran los Baluartes de Labrit y Redín, los más antiguos del recinto, datados en 1530. Este tramo es el más extenso de las fortificaciones y destaca por su historia, ya que tiene su origen en la ciudad medieval de la Navarrería. El camino de ronda y las dos garitas existentes dominan la altura sobre el Arga, recordando el poderío defensivo de Pamplona.

También encontramos el Portal de Francia, conocido como Portal de Zumalacárregui, único en su emplazamiento y su forma original. Construido entre los siglos XVI y XVIII, conserva su sistema de contrapesos y su estructura en recodo, siendo un punto emblemático de acceso a la ciudad.

Para terminar, cabe mencionar el que fue uno de los puntos de defensa más importantes de la ciudad: el Palacio de los Reyes de Navarra o Archivo Real y General. El rey Sancho VI el Sabio mandó construir en el siglo XII este edificio a modo de residencia para los reyes y reinas de Navarra y durante sus años de historia ha servido como residencia del virrey, sede del Gobierno Militar y, actualmente acoge el Archivo Real y General. Cuenta con una interesante maqueta de la Pamplona de 1900. Aquí se guarda la memoria documentada anterior y posterior a la pérdida de la independencia del Reino de Navarra. También se organizan exposiciones y microexposiciones temporales sobre diversa temática, en cuyas vitrinas se exponen los documentos originales del archivo.

Paseo de Ronda y jardines de la Taconera

El camino desde el Portal de la Rochapea llega por el Paseo de Ronda hasta los jardines de la Taconera.

Originalmente un campo extramuros, el Parque de la Taconera es el jardín más antiguo de Pamplona, transformado en 1830. Sus fosos, que hoy albergan un pequeño zoológico con ciervas, patos, cisnes y pavos reales, se sitúan junto a las antiguas defensas renacentistas.

Con la construcción de la Ciudadela, los nuevos frentes de Taconera y San Nicolás integraron las antiguas murallas medievales, dando lugar a estructuras como el Baluarte de la Taconera, el revellín de San Roque y la contraguardia de Gonzaga, todos en pleno uso a finales del siglo XVII. Este tramo incluye portales históricos como el Portal de San Nicolás y el Portal de la Taconera.

El Portal Nuevo, situado en este frente, es una de las entradas más espectaculares de Pamplona, con múltiples modificaciones a lo largo de los siglos pero manteniendo su carácter imponente.

La Ciudadela y la Vuelta del Castillo

La Ciudadela de Pamplona, construida bajo las órdenes de Felipe II en 1571, es el mejor ejemplo de arquitectura militar renacentista en España. Diseñada por el ingeniero Giacomo Palearo (el Fratín) e inspirada en la fortaleza de Amberes, presenta una estructura pentagonal con cinco baluartes, revellines y fosos. Su sobriedad y monumentalidad se reflejan en su portada principal, donde una inscripción conmemora el inicio de las obras.

En 1964 la Ciudadela pasó del uso militar a manos del Ayuntamiento y parte de sus edificios más emblemáticos se mantuvieron para convertirse en un gran espacio con jardines.

El área circundante, conocida como la Vuelta del Castillo, transformó los glacis originales en un extenso parque de estilo inglés. Este espacio verde, el más amplio de Pamplona, es hoy un lugar de recreo donde los fosos y defensas exteriores de la Ciudadela cobran nueva vida como parte del paisaje urbano.

Hoy en día, sus antiguos edificios se han reconvertido en un espacio expositivo de arte contemporáneo y sus jardines cuentan con esculturas de grandes artistas contemporáneos, entre ellos Jorge Oteiza.

Con más de 5 kilómetros de recorrido las murallas de Pamplona son uno de los complejos militares renacentistas más interesantes y mejor conservados de Europa