Ruta de parques y jardines
Pamplona se presenta como una de las ciudades más verdes de España, donde parques y jardines se integran en su entramado urbano, ofreciendo espacios únicos para descubrir historia, naturaleza y cultura.
La historia y el desarrollo de la ciudad ha llevado a construir una localidad repleta de zonas verdes y árboles, en la que se funden el patrimonio cultural y la naturaleza urbana. Cuenta con numerosas hectáreas de parques y jardines que hacen de ella una ciudad verde e interesantes ejemplares de árboles singulares jalonan sus parques y sus calles. Sus 60.000 árboles y 300 hectáreas de zonas verdes suponen el 15% de la superficie de la ciudad. Sin duda, todo esto contribuye a una mejor calidad de vida, así como al fomento de actividades deportivas, de ocio y relacionadas con el conocimiento del medio ambiente.
A continuación, descubrimos las diferentes opciones para recorrer los principales parques y jardines de la ciudad, organizados en rutas que fusionan el patrimonio cultural con el entorno natural.

Las claves de la ruta
- 3 jardines históricos, un jardín de estilo japonés y un parque fluvial con más de 52 kilómetros
- Jardines históricos, que combinan perfectamente el patrimonio natural y cultural de la ciudad
- Un parque fluvial que a lo largo de sus 52 kilómetros une a Pamplona con el resto de Navarra a través de senderos y rutas ciclables como el Plazaola, la Eurovelo 1 y la Eurovelo 3 (Camino de Santiago)
- Espacios ideales para reconectar con la naturaleza, la calma, practicar deporte y conocer parte de nuestra historia
Los imprescindibles
El Parque Fluvial
El parque de la Media Luna
El jardín de la Taconera
Ciudadela y Vuelta del Castillo
El parque de Yamaguchi
Calendario de eventos
Es escenario de multitud
de actividades culturales,
sociales y deportivas derivadas
de una ciudadanía dinámica,
que le gusta expresarse en
la calle y organiza, participa
y disfruta de su centro y sus
barrios de manera natural
y espontánea
Reserva tu actividad
Disfruta durante todo el año de las numerosas actividades y experiencias que te acercan al ambiente festivo, a la cultura, historia y en definitiva, al buen ambiente de la ciudad
Familias
Si viajas en familia Pamplona también te ofrece muchas actividades para que conocer la ciudad de los Sanfermines

1. Ruta del Parque Fluvial del Río Arga
El Parque Fluvial del Arga recorre cerca de 17,3 kilómetros en las riberas del río que atraviesa Pamplona, de sus más de 50 kilómetros totales. Este espacio es ideal para realizar actividades al aire libre como caminar, leer o disfrutar de la observación de aves.
El parque discurre por los puentes históricos más importantes: Magdalena, San Pedro (el más antiguo de Pamplona), Rochapea y Santa Engracia. Los meandros se alejan y acercan a la ciudad, configurando un paseo de alto valor paisajístico para caminantes e incluso aquellos que practican deportes de remo.
El ambiente urbano de intramuros contrasta con la flora autóctona recuperada y el entorno campestre. Durante el camino se pueden identificar fresnos, sauces, alisios, tilos o endrinos, que conforman un entorno ideal a pocos metros del Casco Antiguo. En la ribera del río también habitan especies de mamíferos, como la ardilla, la nutria o el castor.
Este paseo es una buena forma de observar la ciudad desde el exterior de sus murallas. Sus merenderos son un sitio perfecto para disfrutar de un buen día de campo sin alejarse de la ciudad.
El tramo de la Magdalena es la entrada histórica del Camino de Santiago, con el puente románico rodeado de huertas.
El parque ofrece un buen abanico de actividades: piragüismo, kayak, paseos en bicicleta (en alguno de sus tramos), pista Pump Track y visitas guiadas en centros como el Molino de San Andrés o el Batán de Villava.
2. Los Jardines de la Belle Époque
El recorrido por los Jardines de la Belle Époque comienza en el parque de la Media Luna y sigue por las murallas, atravesando el Portal Nuevo hasta los jardines de la Taconera.
Parque de la Media Luna. Donde antaño hubo eras y agricultores, hoy encontramos un parque con forma de luna menguante, enlace natural entre el centro histórico y el Segundo Ensanche. La estatua del rey Sancho el III el Mayor nos da la bienvenida, destacando sus paseos de plataneros con gran arbolado, su estanque central enmarcado por una arcada y su café central. Entre las especies arbóreas del parque destacan las secuoyas gigantes, junto a castaños de Indias, cedros del Atlas y del Himalaya, sóforas lloronas, arces, almez, palmeras y abetos. Próximo al café, se encuentra el Monumento a Pablo Sarasate, virtuoso violinista y compositor pamplonés, realizado por Eduardo Carretero en 1959. Nos despide el Fortín de San Bartolomé, desde el siglo XVIII defensa destacada de la ciudad hacia el este.
Continuando por la falda de la muralla el paseo se une a la ruta de las murallas. Este paseo permite apreciar la biodiversidad en torno al Arga: olmos, chopos, sauces, fresnos y arces, además de una gran variedad de aves que frecuentan estas arboledas. En sus aguas habitan especies protegidas como el visón europeo y la nutria paleártica.
Jardines de la Taconera, los más antiguos de Pamplona, son un vergel de estilo francés en el centro de la ciudad. Diseñados en 1830, siguen conservando un aire romántico. Se hayan en el antiguo baluarte de la Taconera, construido en el XVII como refuerzo de la ciudadela. Entre los árboles de este parque destacan esbeltas hayas, frondosos magnolios y singulares ginkgos biloba. Acompañando el paseo, encontramos laureles, acebos yuna secuoya gigante de 40 metros de altura. Uno de los árboles más llamativos es la sófora japónica, que se encuentra en el coqueto Café Vienés, antiguo kiosko de alquiler de bicicletas. También podremos observar el tejo en espiral, el fresno “el superviviente” y un hermoso paseo central de flores.
Cuenta con un pequeño zoo abierto que acogen los fosos del antiguo baluarte. En este espacio conviven patos, cisnes, ciervas, pavos reales, faisanes, ocas y peces. El jardín es también un pequeño museo al aire libre en el que varias esculturas señorean desde las alturas. En el paseo central se encuentra el Monumento a Julián Gayarre, obra de Fructuoso Orduna (1950). En uno de los pasillos laterales se encuentra el busto que rinde homenaje al compositor burladés Hilarión Eslava. Cerca del Café Vienés, se encuentra el Monumento a la Beneficencia, más conocido como “la Mari Blanca”. Junto a la Taconera, el Parque de Antoniutti está dedicado a la práctica del patinaje, con una pista de velocidad y un “skate park”.


3. Ciudad Fortaleza: Ciudadela y Vuelta del Castillo
Saliendo de la Taconera hacia el sur, llegamos a la Vuelta del Castillo; nombre con el que se conoce a los antiguos glacis de la Ciudadela, que tuvieron una función defensiva y que, con el paso de la fortificación a manos municipales en 1964, se convirtieron en un gran espacio cultural y de ocio.
La Ciudadela es sede del Centro de Cultura Contemporánea. En sus pabellones encontraremos exposiciones y diferentes actividades; en sus jardines, esculturas de reconocidos autores: Oteiza, Basterretxea, Miralles, Aguirre, Larrea, Eslava, Ugarte de Zubiarráin y Juarros.
Ya en el exterior de la fortaleza, resulta agradable el paseo tanto por la parte de los fosos como por la parte de la Vuelta del Castillo. Este paseo permite disfrutar de la construcción militar renacentista en todo su esplendor: revellines, contraguardias, caminos cubiertos, puentes levadizos, troneras y baluartes.
En estos caminos se pueden encontrar arces, cipreses, hayas, abetos, pinos, fresnos, olmos y cedros, entre otros. Entre la arboleda, tienen cobijo aves como el autillo europeo, que es un pequeño búho, y el nóctulo mediano o murciélago, que cuenta con cajas-nido a lo largo del parque.
4. Parque de Yamaguchi y parques de la zona sur
Diseñado en 1997 por dos paisajistas japoneses, el parque Yamaguchi viene a simbolizar el hermanamiento entre Pamplona y la ciudad japonesa que le da nombre, evangelizada por el navarro San Francisco Javier.
Este típico jardín japonés es un homenaje a las cuatro estaciones, y cuenta con 400 árboles y más de 600 plantas, como el cerezo japonés, ginkgo biloba, sauce llorón, ciprés de los pantanos, arces, robles, secuoyas y acebos entre otros.
En este parque se alza el Planetario de Pamplona, y junto a él, el Jardín de la Galaxia, réplica vegetal a escala de la Vía Láctea y único de características similares en Europa. Sus más de 500 arbustos simbolizan sus millones de estrellas, nebulosas, nubes de gas e incluso su -supuesto- agujero negro supermasivo central. Su diámetro de 30 metros equivale a 100.000 años luz: ¡el sistema solar cabría holgadamente en cualquiera de sus pequeñas hojas!
Si bien durante siglos ha sido la Vía Láctea la que ha guiado a los peregrinos hacia Compostela -Campus Stellae-, será ahora el Camino de Santiago quien, tras visitar el Jardín de la Galaxia, nos invite a continuar el paseo hacia los campus universitarios de Pamplona.
La expansión de la ciudad hacia el sur ha sabido combinar zonas urbanas con amplios parques y jardines a orillas de los ríos Elorz y Sadar.
El Campus de la Universidad de Navarra fue construido en 1952 siguiendo la estela de los campus anglosajones. En sus zonas de jardín se localizan más de 4.000 árboles y arbustos de variadas especies como los magnolios, secuoyas, arces, ginkgo biloba, cedros y chopos lombardos, entre otros. Entre los edificios del campus, destaca el Edificio Central, el más antiguo de todos ellos y sede del rectorado. El último edificio en construirse ha sido el Museo de la Universidad de Navarra, que acoge obras de Oteiza, Kandinsky, Picasso, Tapiès o Rothko.
Diseñado por el arquitecto navarro Francisco Javier Sáenz de Oiza, el Campus de la Universidad Pública de Navarra destaca por su funcionalidad y sus zonas verdes. Su paseo central reproduce las dimensiones del Paseo Sarasate y en él llama la atención el edificio de la Biblioteca, de estética vanguardista, cubierta con una grandiosa bóveda de 20 metros de diámetro. Encontramos más de 89 especies distintas de árboles de los cinco continentes, como acacias, magnolios, palmeras y cedros del Atlas.
