San Fermín
San Fermín es la fiesta más emblemática de Pamplona. Celebrada del 6 al 14 de julio, esta festividad declarada de Interés Turístico Internacional atrae cada año a miles de visitantes de todo el mundo y aunque es mundialmente conocida por sus encierros, San Fermín es mucho más. Es alegría, pasión y mucha emoción. Es tradición, cultura e historia. Es ambiente, reencuentro y, para muchos, el momento más esperado del año.
La fiesta de San Fermín
Descubre todo eso que hace de San Fermín una celebración única y llena de vida.
La vestimenta: en blanco y rojo
La fiesta de San Fermín se caracteriza por varios elementos esenciales que la definen. Uno de los aspectos más significativos es la vestimenta. Las calles de Pamplona se tiñen de blanco y rojo desde el momento del Chupinazo y hasta el final de fiesta. Lo habitual es ir vestido con ropa blanca y algún complemento rojo como el pañuelo de fiestas o la faja roja. Puedes completar la vestimenta con unas tradicionales alpargatas sanfermineras.
Imprescindibles del atuendo
- Ropa blanca: las prendas de color blanco se convierten en el uniforme de fiestas.
- Pañuelico rojo: un pañuelo que se anuda al cuello después del cohete y se retira durante el ‘Pobre de mi’, acto que pone punto y final a las fiestas. Suele llevar un bordado con el escudo de Pamplona, el de Navarra, el de una peña o colectivo.
- La faja roja: una faja que suele terminar con unos flecos y que se ata en la cadera izquierda.
Aunque el origen del atuendo sanferminero no está del todo claro, se cree que la tradición comenzó en los años 30 con los miembros de la Peña La Veleta. Esta peña buscaba un uniforme que los identificara y diferenciara de otras agrupaciones. Eligieron ropa blanca por su fácil acceso y bajo coste, complementándola con el rojo para añadir un toque distintivo y llamativo. Esta combinación no solo les permitió destacar, sino que también sentó las bases del atuendo que, con el tiempo, fue adoptado por toda la fiesta.
Por otro lado, algunos estudiosos sugieren que el atuendo podría estar inspirado en otras tradiciones de la época, como la vestimenta de los y las txistularis de Biarritz, los y las joteros y joteras que actuaban en el Gayarre o incluso los y las pelotaris, todos ellos asociados al blanco y rojo de forma similar.
Fue a partir de los años 60 cuando este conjunto se consolidó como símbolo de los Sanfermines, integrando a locales y visitantes en una auténtica marea de blanco y rojo que trasciende generaciones.
Protagonistas de las fiestas
Entre las figuras protagonistas de San Fermín se incluye al propio santo, copatrón de Navarra, así como todas aquellas personas que visitan cada año la ciudad para disfrutar de las fiestas. Además, destacan las siguientes tres entidades únicas de la ciudad: La Pamplonesa, La Comparsa de Gigantes y Cabezudos y Las Peñas.
La Pamplonesa
La Banda de Música La Pamplonesa fue creada en 1919 en respuesta a la necesidad de contar con una banda civil que conectara auténticamente con la ciudadanía. Desde entonces, ha acompañado musicalmente a la corporación en numerosos actos oficiales y especialmente a las Dianas que preceden al encierro cada mañana.
La Pamplonesa goza de un vínculo profundo con el público, creando una atmósfera única y mágica cada vez que suena su música. Las Dianas, donde la complicidad entre la Banda y la multitud juega un papel fundamental, transforman las calles de Pamplona en un escenario de alegría y celebración que marca el inicio del día festivo.
La Comparsa de Gigantes y Cabezudos
La Comparsa de Gigantes y Cabezudos es uno de los elementos más carismáticos de los Sanfermines. Su origen se remonta al siglo XVI, trasladándonos al 1860 para conocer la versión contemporánea de hoy en día. Compuesta por 25 figuras de cartón piedra, la comparsa incluye cabezudos, kilikis, gigantes y zaldikos que desfilan junto a gaiteros y txistularis por las calles de Pamplona. El desfile es un espectáculo vibrante, lleno de vida y color que encanta tanto a niños como a adultos.
Los cabezudos, representan diferentes figuras de autoridad y tienen la tarea de interactuar con el público, mientras que los kilikis, son más juguetones y a menudo persiguen a los niños y las niñas con sus palos de gomaespuma. Los zaldikos, caballos de cartón piedra, añaden un toque de diversión al desfile y los gigantes, que pueden llegar a medir hasta 4 metros de altura, ofrecen un baile rítmico acompasado de música, representando parejas de diferentes continentes.
Los gigantes
Año de creación: 1860
Autor: Tadeo Amorena
Número: 8 (cada pareja representa a un continente).
Nombres: Rey Europeo (Joshemiguelerico), Reina Europea (Joshepamunda), Rey Asiático (Sidi abd El Mohame), Reina Asiática (Esther Arata), Rey Africano (Selim-pia Elcalzao), Reina Africana (Larancha-la), Rey Americano (Toko-toko) y Reina Americana (Braulia).
Altura: 3,90 m.
Peso: 56 - 32 kg.
Los cabezudos
Año de creación: 1890
Autor: Félix Flores
Número: 5
Nombres: Alcalde, el Concejal, la Abuela, el Japonés y la Japonesa
Los kilikis
Se diferencian de los cabezudos por ser de menor tamaño y gorro en forma de tricornio.
Año de creación: 1860-1941
Número: 6
Nombres: Coletas, Barbas, Patata, Napoleón, Caravinagre y Berrugón
Peso: 10-12 kg.
Los zaldikos
Año de creación: 1910-1941
Número: 6
Las peñas
Las Peñas son el alma de las fiestas de San Fermín, llenando las calles de música y color. Cada peña lleva consigo una pancarta que repasa los acontecimientos del año, expresando de forma crítica y humorística los eventos más destacados. Las Peñas aportan el espíritu transgresor a la celebración, creando un ambiente único que no podría existir sin su presencia.
Las Peñas tienen actividad durante todo el año y son un punto de encuentro importante para sus socios, además de participar en la vida de los barrios a través de eventos deportivos y culturales.
Peñas incluidas en la federación:
Alegría de Iruña, Aldapa, Los del Bronce, La Jarana, Bullicio Pamplonés/Iruñeko Algara, San Juan / Donibane, Anaitasuna, Armonía Txantreana, Irrintzi, Muthiko Alaiak, Oberena, Rotxapea, San Jorge / Sanduzelai, El Txarko, La Única y 7 de Julio San Fermín.
Peñas no incluidas en la Federación de Peñas:
Mutilzarra y La escalerica de San Fermín.
4 momentos clave de San Fermín
Las fiestas de San Fermín tienen su origen en la Pamplona medieval del siglo XII. Inicialmente concebidas como celebraciones religiosas en honor a San Fermín, considerado el primer obispo de la ciudad, estas fiestas han evolucionado con el tiempo hasta convertirse en un fenómeno cultural de alcance mundial.
El chupinazo
El Chupinazo marca el inicio oficial de las fiestas de San Fermín con el lanzamiento del cohete, un momento que se vive con gran expectación en Pamplona. Es el instante que todos aguardan con entusiasmo para anudar el pañuelo rojo al cuello y dar comienzo a nueve días de celebración ininterrumpida.
Este evento multitudinario se lleva a cabo en la plaza del Ayuntamiento. Para aquellas personas que prefieren disfrutar del Chupinazo sin las aglomeraciones, el Ayuntamiento instala pantallas gigantes en lugares como la Plaza del Castillo, el Paseo de Sarasate, la Plaza de los Fueros y el Parque de Antoniutti.
Cada 6 de julio, la plaza Consistorial se transforma en un mar de gente vestida de blanco y rojo. A medida que se acerca la hora, la animación crece y minutos antes de las doce no queda espacio disponible en los 2.502 metros cuadrados de la plaza. La multitud, lanzando vítores de ¡San Fermín, San Fermín!, sostiene con ansias sus pañuelos en alto preparada para anudarlos al cuello.
Tres minutos antes de la hora señalada, todo está preparado. Las y los clarineros emiten la señal y la persona encargada de lanzar el Chupinazo se acerca al público para saludar en euskera y en castellano con el emblemático «Pamploneses, pamplonesas. Iruindarrok. ¡Viva San Fermín! Gora San Fermín!”, justo antes de prender la mecha que dará inicio a la fiesta y alegría que inundará la ciudad durante los siguientes nueve días.
¿Quién lo lanza?
El lanzamiento del Chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento es una tradición relativamente reciente que se instauró en 1941. Antes de esta fecha, el anuncio del inicio de los Sanfermines se realizaba desde la Plaza del Castillo. Las primeras menciones sobre este evento datan de 1931, donde se destaca a Juan Etxepare, estanquero de la Calle Mayor, como el primero en obtener permiso para lanzar cohetes en la calle el 6 de julio a las 12:00.
Tradicionalmente, la responsabilidad de lanzar el Chupinazo recaía en el Ayuntamiento, aunque los últimos años este proceso ha ido variando, en algunas ocasiones ha sido la máxima autoridad quien ha elegido la entidad o persona responsable, o ha permitido que la ciudadanía de Pamplona elija a la persona encargada de lanzar el Chupinazo a través de un proceso participativo y una votación popular de las candidaturas propuestas por asociaciones ciudadanas.
Fecha: 6 de julio
Hora: 12:00
Ubicación: Plaza Consistorial, s/n. 31001 Pamplona-Iruña
El encierro
El encierro es sin duda el acto más conocido de las fiestas de San Fermín y el que mayor interés suscita a nivel mundial.
Su origen es medieval, cuando las manadas eran conducidas por caballistas hacia el centro de la ciudad hasta una feria de ganado. En el siglo XVI varios mozos y carniceros de la ciudad desafiaron a las autoridades saliendo a correr delante de los astados. El recorrido actual es de finales del siglo XVIII y consta de 848,6 metros entre los corrales de Santo Domingo y la Plaza de Toros.
Los encierros consisten en correr delante de seis toros bravos que todos los días a las 8:00 de la mañana y guiados por pastores y cabestros son trasladados a través de un recorrido convenientemente vallado que transcurre por las calles del Casco Antiguo de la ciudad. Es una carrera tensa y violenta en la que la posibilidad de sufrir algún percance está presente en todo momento, no solo por el evidente peligro que generan los astados, también depende de múltiples factores externos como la gran afluencia de corredores en el recorrido o el propio entorno en el que se desarrolla la carrera.
Minutos antes de las 8:00, los cánticos piden protección al santo, su capotico, en la Cuesta de Santo Domingo. Tras la plaza Consistorial, las calles Mercaderes y Estafeta llevarán la manada hasta la Plaza de Toros, diseñada por Francisco Urcola en 1922.
En el año 1776 se introduce el vallado en el recorrido del encierro como sustitución de las mantas que a modo de telón cerraban las bocacalles. El vallado actual, que se instala todos los días que hay encierro, está hecho con madera de pino por su resistencia y aguante.
El nombre de encierro para definir la carrera de toros y mozos por las calles de Pamplona se utilizó por primera vez en el año 1856, fecha en la que la calle Estafeta pasó a formar parte del recorrido en sustitución de la calle Chapitela debido a la inauguración de la plaza de toros ubicada en las inmediaciones del Teatro Gayarre (antes la carrera finalizaba en la plaza del Castillo, que se acondicionaba como plaza). Hasta entonces el encierro era denominado ‘entrada’, como forma para designar la irrupción de la manada en las calles de la ciudad.
Cómo ver el encierro
Para el corredor: el Encierro está abierto a todas las personas mayores de edad que quieran participar. Quien decida correr el Encierro debe hacerlo de forma responsable y respetando siempre las indicaciones de la policía y los pastores, así como una serie de normas básicas cuyo incumplimiento acarrea una sanción económica para el infractor. Si quieres consultar las normas, pincha aquí.
Para el público: hay tres maneras de ver el encierro:
- Desde el vallado: el primer vallado está reservado a corredores, personal médico, prensa, etc., mientras que el segundo está destinado al público en general. Es recomendable ir al menos dos horas antes.
- Desde un balcón: muchas empresas turísticas de la ciudad ofertan la posibilidad de alquilar balcones en las calles que forman parte del recorrido del encierro, ofreciendo para quien quiera desayunos y visitas guiadas.
- Plaza de Toros: puedes acudir directamente a la Plaza de Toros y presenciar desde allí el tramo final del encierro para ver cómo llegan los mozos, las mozas y los astados. Las entradas se pueden adquirir online o en taquilla a partir de las 6:00.
Ten en cuenta que las calles por las que pasa el encierro se cierran 90 minutos antes del comienzo de la carrera.
Cuándo: del 7 al 14 de julio.
Horario: 8:00
Distancia: 848,6 metros de recorrido.
Duración aproximada: 2 min.
El encierrillo
La noche anterior a cada encierro, los toros que van a correr al día siguiente recorren los 400 metros que separan los Corrales del Gas de los Corrales de Santo Domingo. Esta celebración no tiene un horario fijo, si bien es al anochecer y se desarrolla en absoluto silencio y sin corredores, con la sola ayuda de pastores y cabestros.
Es posible ver el encierrillo adquiriendo un pase que sortea el ayuntamiento cada año.
El Pobre de Mí
‘El Pobre de Mí’ es el último acto oficial de las fiestas y marca el cierre de los Sanfermines con una emotiva interpretación de la famosa canción que dice: «Pobre de mí, pobre de mí, que se han acabado las fiestas de San Fermín».
Con los pañuelos aún anudados al cuello y una vela encendida en la mano, miles de personas se congregan frente al Ayuntamiento a la espera de que el alcalde o alcaldesa salga al balcón para dirigirse al público y clausurar oficialmente las festividades. En su discurso, convoca a los pamploneses y las pamplonesas a reunirse nuevamente el año siguiente para celebrar un nuevo Chupinazo. ¡La espera comienza!
Fecha: 14 de julio
Hora: 24:00
Ubicación: Plaza Consistorial, s/n. 31001 Pamplona-Iruña
Carteles de San Fermín
Los carteles de la fiesta que anuncian el inicio de cada día festivo son obras de artistas locales y se han convertido en un símbolo del evento, a menudo esperados con gran anticipación. Puedes verlos todos aquí.
Orígenes de los Sanfermines
Las fiestas de San Fermín tienen su origen en la Pamplona medieval del siglo XII. Inicialmente concebidas como celebraciones religiosas en honor a San Fermín, considerado el primer obispo de la ciudad, estas fiestas han evolucionado con el tiempo hasta convertirse en un fenómeno cultural de alcance mundial.
Los inicios religiosos de los Sanfermines
La devoción a San Fermín comenzó con la llegada de una reliquia del santo desde Amiens, Francia, en el año 1186. Este evento marcó el inicio de las primeras celebraciones religiosas en su honor, consolidándose como una tradición en la Pamplona medieval. Estas festividades incluían actos solemnes como las Vísperas, la Procesión, la Octava y una comida para los más desfavorecidos, organizada por el Ayuntamiento.
Sin embargo, estas celebraciones tenían un carácter austero y religioso, muy distinto al espíritu festivo que hoy conocemos. Fue con la llegada de una segunda reliquia siglos después cuando la devoción a San Fermín se extendió también a los barrios vecinos de San Nicolás y San Cernin, cimentando el carácter colectivo de las celebraciones.
De lo religioso a lo festivo
En el siglo XIV, las festividades comenzaron a combinarse con eventos más populares, como las ferias de ganado y las primeras corridas de toros documentadas. Aunque en sus inicios estas actividades se celebraban en momentos distintos del año, la fecha del 10 de octubre, tradicionalmente reservada para honrar al santo, enfrentaba frecuentes problemas climáticos otoñales. Por ello, en 1591, las fiestas se trasladaron al mes de julio, coincidiendo con los mercados de ganado, lo que permitió unificar las actividades religiosas y populares.
Ese mismo año marcó un antes y un después en los Sanfermines. Con la lectura del pregón, el estruendo de tambores y clarines, y los primeros eventos taurinos, nacieron las bases de las actuales fiestas. Los espectáculos se enriquecieron con obras teatrales, danzas, procesiones y corridas de toros, extendiendo los festejos durante varios días.
El conflicto entre religión y celebración popular
Durante siglos, las celebraciones fueron objeto de un constante tira y afloja entre la Iglesia, que buscaba mantener su solemnidad, y el pueblo, que encontraba en los Sanfermines una excusa para el disfrute colectivo. Las críticas a los excesos en la comida, la bebida y los gastos asociados a los festejos fueron una constante, lo que llevó a la reducción temporal de días festivos en el siglo XIX. Sin embargo, la esencia popular siempre prevaleció, consolidando los Sanfermines como una mezcla de tradición religiosa y diversión popular.
La transformación moderna: del siglo XIX al XX
El siglo XIX fue testigo de importantes avances en las fiestas, como la incorporación de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, que con sus figuras coloridas y emblemáticas se convirtió en un símbolo de los Sanfermines. También se introdujeron medidas para mejorar la seguridad en los encierros, como la instalación de barreras dobles para evitar accidentes graves.
En el siglo XX, los Sanfermines alcanzaron su máximo esplendor. Elementos icónicos como el Chupinazo, que marca el inicio oficial de las fiestas, y el Riau-Riau, que aunque suspendido desde 1991, dejó una huella imborrable, pasaron de ser actos espontáneos a convertirse en tradiciones arraigadas. Además, el encierro, acompañado del emocionante encierrillo, se consolidó como una de las actividades más representativas de las fiestas, combinando tradición y adrenalina.
La universalización de los Sanfermines
La publicación de Fiesta (o The Sun Also Rises), la famosa novela de Ernest Hemingway en 1926, colocó a los Sanfermines en el mapa internacional. A través de sus páginas, el autor transmitió la magia y singularidad de estas fiestas, atrayendo a visitantes de todo el mundo. Con el tiempo, los Sanfermines se han convertido en una celebración universal, integrando a miles de personas que año tras año se sumergen en la atmósfera de Pamplona.
La hospitalidad de los pamploneses y pamplonesas así como la naturaleza participativa de las fiestas han hecho que forasteros de países anglosajones, nórdicos y otros rincones del planeta se sientan como en casa. Algunas personas incluso han creado sus propias peñas, como la Peña Sueca o la Peña Taurina de Nueva York, enriqueciendo aún más la diversidad cultural de las celebraciones.
Un equilibrio entre tradición y modernidad
Hoy en día, los Sanfermines son el resultado de una rica evolución histórica, donde se combinan el respeto por las tradiciones con la espontaneidad y el espíritu festivo del pueblo. Desde sus orígenes religiosos hasta su consolidación como un fenómeno cultural global, estas fiestas son un reflejo de la identidad de Pamplona y de su capacidad para acoger al mundo entero en un abrazo de blanco y rojo.
Recorrido del encierro
El recorrido del encierro es uno de los momentos más esperados durante las fiestas. Cada mañana a las 8:00, las mozas y mozos corren delante de los toros a través de un trayecto de aproximadamente 848,6 metros que va desde los corrales de Santo Domingo hasta la plaza de toros. Este emocionante evento, que dura unos minutos, es seguido por miles de espectadores y ofrece un espectáculo tan peligroso como impresionante. Los y las participantes se preparan con antelación y la adrenalina inunda las calles mientras los toros corren a su encuentro.
Ruta de San Fermín
La Ruta de San Fermín es una excelente forma de explorar los principales puntos de interés relacionados con la fiesta. Desde el Ayuntamiento, donde se lanza el Chupinazo, hasta las y los corredores históricos por los que transcurre el encierro, la ruta invita a los visitantes a sumergirse en la historia y la cultura de esta fiesta. A lo largo del recorrido, se pueden ver murales, carteles y otros elementos que celebran la tradición de San Fermín.
Sanfermines el resto del año
Los Sanfermines no se limitan solo a la festividad de julio. Durante el resto del año, Pamplona ofrece muchas actividades y eventos que mantienen viva la esencia de la celebración. Entre ellos destacan exposiciones, conferencias y talleres sobre la historia y la cultura de San Fermín, así como visitas guiadas especializadas que exploran la ciudad y sus tradiciones.
Actividades
San Fermín es mucho más que el encierro. Durante las fiestas, Pamplona se transforma en un escenario donde turistas y locales disfrutan de una experiencia inolvidable.
Las visitas guiadas y el alquiler de balcones son dos de las actividades que te permitirán vivirlos Sanfermines desde una perspectiva enriquecedora y cómoda, aprendiendo sobre la tradición, la historia y las curiosidades de una de las fiestas más famosas del mundo.
Ya sea recorriendo las calles guiado por un experto o disfrutando de los encierros desde un balcón, estas actividades harán de tu experiencia en Pamplona algo inolvidable. ¡Reserva tu lugar y prepárate para sentir la emoción y el espíritu de San Fermín!