Situados a las afueras del casco antiguo, los Corralillos del Gas han sido desde hace más de un siglo el lugar donde se alojan los toros que correrán el encierro hasta la Plaza de Toros.

El nombre “del Gas” proviene de la antigua planta de gas que ocupaba esta zona. Aunque la planta cerró a principios del siglo XX, los corrales mantuvieron esta denominación, convirtiéndose en un lugar inseparable de las fiestas de San Fermín.

Durante los Sanfermines, los toros llegan a los Corralillos del Gas en camiones desde las ganaderías y son acomodados en recintos especialmente diseñados para garantizar su seguridad y cuidado. Desde aquí, cada noche, son guiados hasta los corrales de Santo Domingo, punto de inicio del encierro.

Este espacio, abierto al público únicamente durante las fiestas, atrae a cientos de visitantes que se acercan para observar a los toros.