Ruta Camino de Santiago

El Camino de Santiago entra en Pamplona desde Burlada, siguiendo la ribera del río Arga. Este tramo inicial, rodeado de huertas y jardines, destaca por su tranquilidad y encanto natural. Las personas peregrinas cruzan el puente de la Magdalena, una construcción medieval del siglo XII, catalogada como Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico Artístico. Este puente no solo marca la entrada a la ciudad, sino que también conserva su función original, con un diseño perfecto para su época.

La llegada al casco histórico de Pamplona se produce atravesando el imponente Portal de Francia o de Zumalacárregui, parte del conjunto amurallado renacentista. Con su puente levadizo del siglo XVIII, es una de las entradas más espectaculares de todo el Camino. Desde este punto, se comienza a sentir el carácter histórico de Pamplona, mientras el Casco Antiguo recibe a los y las caminantes con un ambiente cálido y acogedor.

El Camino de Santiago es único para cada persona y existen dos opciones más que te encantarán. La primero es ideal para niños y niñas, un juego de pistas que se llama <<El Robo del Cáliz>> y la otra opción es conocer el Camino de Santiago mediante la visita 360º. 

Un recorrido cargado de historia y arquitectura

El Camino sube por la calle del Carmen, que conecta con la plaza de la Navarrería. Desde aquí, la Catedral de Santa María la Real domina el horizonte. Este templo, cuya sobria fachada neoclásica contrasta con su impresionante claustro gótico, alberga el mausoleo del rey Carlos III de Navarra y la exposición Occidens. Este último ha sido premiado internacionalmente por su capacidad para narrar la evolución de la civilización occidental a través del arte.

El recorrido continúa por la vibrante calle Mercaderes, hasta llegar a la plaza Consistorial, presidida por el Ayuntamiento de Pamplona. Esta fachada barroca, con su elegante balcón, es el punto geográfico central de las festividades de San Fermín, ya que desde aquí se lanza el Chupinazo cada 6 de julio.

Por la calle Mayor, antigua vía principal de la ciudad, los peregrinos y las peregrinas atraviesan un tramo repleto de historia. A ambos lados se alzan palacios renacentistas y barrocos, como el Palacio del Condestable, sede cultural que alberga exposiciones y actividades.

En esta calle también se encuentran dos de las iglesias más emblemáticas de Pamplona:

  • San Saturnino o San Cernin, dedicada al patrón de la ciudad, cuya torre domina el paisaje y que alberga la capilla de la Virgen del Camino, protectora de peregrinos y peregrinas.
  • San Lorenzo, donde se encuentra la famosa capilla de San Fermín, copatrón de Navarra, destino de devoción para quienes recorren el Camino.

Naturaleza y despedida

Al abandonar el Casco Antiguo, el Camino de Santiago se adentra en un entorno verde que combina historia y naturaleza. Los jardines de la Taconera, con su diseño romántico y pequeños habitantes como ciervos y pavos reales, ofrecen un respiro antes de continuar hacia la Vuelta del Castillo. Este gran parque rodea la Ciudadela, una fortificación del Renacimiento que fue clave en la defensa de la ciudad y que ahora es un pulmón verde.

Finalmente, el Camino cruza el barrio de Iturrama y atraviesa los jardines del Campus de la Universidad de Navarra, un lugar reconocido por su variedad en cuanto a especies botánicas y arte contemporáneo al aire libre. Este tramo, que mezcla paisajes naturales y un ambiente sereno, marca la despedida de Pamplona en dirección a las siguientes etapas del Camino.

Información adicional: curiosidades del Camino en Pamplona

  1. Calle del Carmen y Navarrería: la Navarrería fue una de las primeras zonas habitadas de la ciudad. Este rincón permite a las personas que realizan el Camino de Santiago imaginar cómo era la vida en tiempos remotos.
  2. Baluarte del Redín y el Rincón del Caballo Blanco: desde aquí, se obtienen vistas panorámicas del río Arga y sus alrededores, ideal para descansar. Un pequeño desvío del trazado del camino que te permitirá descubrir un paisaje maravilloso.
  3. Marcadores del Camino: a lo largo del Casco Antiguo y hasta la salida de la ciudad, las flechas amarillas y las conchas de vieira están presentes, guiando a peregrinos y peregrinas, y conectándolos con siglos de tradición jacobea.

Pamplona no solo es una etapa del Camino de Santiago, sino también un lugar para conectar con su rica historia, su increíble cultura y su impresionante patrimonio arquitectónico.