Ruta Hemingway
Ernest Hemingway llegó a Pamplona en 1923, a los 24 años, como reportero del diario Toronto Star en busca de material para sus reportajes. Su carácter apasionado y su disposición para integrarse en el ambiente le facilitaron conectar con la gente y vivir plenamente las fiestas de San Fermín. Tres años después, publicó su primera novela de éxito, <<The Sun Also Rises>>, traducida al castellano como <<Fiesta>>, que incluyó a Pamplona en la literatura universal y marcó un cambio en la literatura anglosajona por su estilo directo y su descripción vívida. En solo dos meses, se vendieron 7.000 ejemplares, y en dos años se realizaron ocho impresiones. La novela, editada por primera vez en castellano en Argentina en 1944, contribuyó a la fama de Hemingway como escritor y periodista. Las menciones en <<Fiesta>> sobre Pamplona y los Sanfermines ayudaron a proyectar internacionalmente las fiestas y costumbres de la capital navarra, haciendo referencia a lugares y emblemáticos como el Ayuntamiento, la catedral, la calle del mercado, el hotel La Perla, y otros espacios y eventos icónicos como los encierros.
Encierro y los corralillos del gas
“Esto es el encierro. A los aficionados se les permite luchar con el toro, pero sin armas; es una oportunidad que Pamplona les brinda durante las fiestas de San Fermín”.
El 7 de julio de 1923, Hemingway y su esposa Hadley se sorprenden al presenciar este evento. El 18 de julio de ese mismo año, el escritor narra cómo cada mañana los toros recorren la calle principal, persiguiendo a los jóvenes que corren delante de ellos, creando un «torrente humano».
Hemingway detalla el recorrido del encierro en su artículo del 27 de octubre de 1923:, “Todos contemplaban el largo y estrecho corral de madera que iba desde la entrada de la ciudad a la plaza. Dicho corral era una doble barrera de madera a modo de callejón que partía de la calle principal del pueblo y desemboca en la plaza; y tenía unas doscientas cincuenta yardas de longitud. Había un gran tumulto de gente a ambos lados”. Esto describe el corral que va desde la entrada de la ciudad hasta la plaza, un laberinto de madera que mide aproximadamente doscientas cincuenta yardas. El encierro comienza en el corral de Santo Domingo.
Al final de la calle Santo Domingo se encuentran los Corralillos del Gas, donde se alojan las manadas para el encierro. En su novela Fiesta, Hemingway menciona estos corrales, destacando la emoción de Brett al ver a un toro.
El nombre «Corralillos del Gas» proviene de una fábrica de gas levantada en 1861 para el alumbrado público, que fue adaptada en 1899 para albergar a los toros traídos a las fiestas. Las instalaciones se convirtieron en corrales fijos en 1918, y aunque los últimos restos de la fábrica fueron derribados en 1943, los corrales actuales fueron construidos en 2003.
El Ayuntamiento y la calle del mercado
Jake Barnes, el protagonista de <<Fiesta>>, comparte su experiencia en Pamplona: “Me acerqué hasta el Ayuntamiento y encontré allí al viejo caballero que todos los años me vende el abono para los toros. Era el archivero municipal. Su despacho tenía una recia puerta de madera y otra forrada de grueso paño verde. Al salir, lo dejé sentado entre los archivos que cubrían de arriba abajo las paredes y cerré ambas puertas”.
Detrás del Ayuntamiento se encuentra la calle del mercado. A lo largo de la novela, los personajes recorren la calle del Mercado, que en ese tiempo se conocía como calle Santo Domingo, camino al mercado de Santo Domingo de 1876 o a Casa Marceliano, una antigua tasca que ya no existe.
Jake narra su primer día en Pamplona: “Hacía mucho calor, pero fui por la sombra de las calles, por el Mercado, y lo pasé bien al visitar de nuevo la ciudad.” La última visita de Hemingway a Pamplona fue en 1959. A pesar de las “aglomeraciones y la modernización”, el escritor menciona en <<El Verano Peligroso>> : “en la ciudad teníamos refugios secretos como Casa Marceliano, donde íbamos por la mañana a almorzar y cantar después del encierro.”
Plaza de toros y monumento a Hemingway
En el reportaje del 27 de octubre de 1923 publicado en *Toronto Star Weekly*, Hemingway describe su primera madrugada de San Fermín: “Seguimos a aquel gentío que salía por una angosta puerta de las murallas a un amarillento, llano y desembarazado campo, donde se alza la nueva y blanca plaza de toros; estaba llena de público. Después que los toros han sido encerrados en el toril, empieza la corrida de aficionados – vaquillas -”.
La plaza de toros de Pamplona, que se menciona en The Sun Also Rises/Fiesta, Muerte en la Tarde y El Verano Peligroso, es descrita como “alta, blanca, con aspecto de cemento al sol”. La actual plaza, de diseño renacentista, se inauguró el 7 de julio de 1922.
Cerca del callejón de la plaza se erige un monumento a Hemingway. Aunque la ciudad no le rindió homenaje durante su vida, en 1966 el Ayuntamiento le otorgó el pañuelo de honor y, el 6 de julio de 1968, se inauguró la escultura en su honor en el paseo Hemingway.
Plaza del Castillo
La plaza del Castillo es el corazón de Pamplona y fue el primer lugar que visitó Ernest Hemingway al llegar con su esposa Hadley el 6 de julio de 1923. En esta plaza se encuentra el histórico Café Iruña, un punto de encuentro para los y las personajes de *The Sun Also Rises/Fiesta*. También están cerca el centenario hotel La Perla y el antiguo edificio del desaparecido Hotel Quintana, junto al bar Txoko, donde Hemingway menciona que se desarrolla su vida pública.
El Café Iruña, fundado el 2 de julio de 1888, fue el primer establecimiento de Pamplona en contar con luz eléctrica. Según las crónicas, se abrió justo antes de San Fermín y se llenó rápidamente. A lo largo de la novela, las y los protagonistas se reúnen constantemente en este café, que se convierte en su campamento base: “Al otro lado de la plaza, las mesas y sillones de mimbre pintados de blanco del Iruña se extendían hasta fuera de los soportales, hasta el bordillo mismo de la acera”.
Dentro del Café Iruña se encuentra el Rincón de Hemingway, donde una escultura a tamaño natural del autor da la bienvenida a las y los visitantes.
Las murallas y Fuerte de Alfonso XII
Ernest Hemingway conocía bien cada rincón de Pamplona y su comarca, incluyendo el Monte Ezkaba. En <<The Sun Also Rises/Fiesta>>, describe una caminata nocturna junto a los baluartes de la ciudad: “Contemplamos la llanura. Los árboles, en largas hileras, estaban oscuros a la luz de la luna. Se veían los faros de un coche por la carretera que ascendía a la montaña más próxima. En la cima vimos las luces de la fortificación militar”.
La fortificación mencionada por Hemingway es el Fuerte de Alfonso XII, conocido como Fuerte de San Cristóbal. Construido en 1878, fue convertido en prisión en 1934 y permaneció así hasta 1945. Este lugar estuvo involucrado en uno de los episodios más trágicos de la Guerra Civil española: el 22 de mayo de 1938, 795 presos republicanos escaparon, pero la mayoría fueron asesinados o capturados por la represión franquista. Solo tres lograron recorrer los 53 kilómetros hasta la frontera con Francia. Esta ruta es ahora la GR-225, en homenaje a esa evasión.
La catedral y la Iglesia San Lorenzo – Capilla San Fermín
Hemingway se consideraba católico, y esto se refleja en varias de sus novelas. En <<Fiesta>>, los protagonistas, tanto masculinos como femeninos, se dirigen a la capilla de San Fermín para tener unos momentos de recogimiento, así como a la catedral.
El autor se siente atraído por la catedral: “Entré. Estaba obscuro y los pilares subían altísimo y había gente que rezaba y un fuerte olor a incienso. Las vidrieras eran maravillosamente grandes. Me arrodillé y empecé a rezar, y lo hice por todos en los que pensé: Brett y Mike; Bill y Robert Cohn y yo mismo, y todos los toreros, primero los que me gustaban y luego los demás; volví a rezar por mí…”